21 diciembre 2008

"Salvar el trasero" vs. "Caerse del guindo"

Apasionante combate Salvar el trasero” versus “Caerse del guindo Sin límite de asaltos Todo tipo de trampas y marrullerías deportivas. Gran Palacio de Los Deportes “La Desgracia Española”

Apuestas: Todos están obligados a apostar. Los que menos tengan, deberán apostar más. Los que más, menos o nada. No habrá limites para dejar claro que hay libertad de apuestas. Advertencia: Toda la recaudación irá a parar indefectiblemente a la bolsa “Salvar el trasero”. Aunque los anteriormente mencionados, animan a apostar todo lo que tengas, los organizadores aconsejan que sólo lo hagan aquellos que no tengan nada que perder. El que avisa no es traidor. Los equipos: De momento hay un aparente empate numérico de unos cinco millones cada uno. A saber: “Salvar el trasero” formado por: todos los que tienen carnet de partido político o sindical, el millón y medio de funcionarios (que sobran), asesores, amiguetes, simpatizantes, subvencionados, liberados, enchufados, comprados, y por supuesto los banqueros. “Caídos del guindo” formado principalmente por unos tres millones de "parados oficiales", otro millón de "parados de tapadillo", y un número incierto de estudiantes, autónomos y pequeños empresarios arruinados y por supuesto, todos los que van a comedores de Cáritas. El público: Se prevé una afluencia desmesurada aunque ésta se irá reduciendo a medida que empiecen a formar parte de cualquiera de los equipos contrincantes. Pronóstico: Ningún comentarista se atreve a dar un claro ganador pero sí se aventuran a describir el turbio ambiente que se respira antes del combate y hacer una aproximación de los dos equipos destacando sus debilidades, puntos fuertes y mejores atletas.

Los “Salvar el trasero” parten con ventaja y se están entrenando a fondo desde hace algunos meses. No muchos meses, porque les costó vencer su natural vagancia, que algunos definen como talante. Se cuenta que empezaron a espabilar cuando algunos amiguetes dedicados a poner un ladrillo sobre otro dejaron de ponerlos. Otros dicen que fue cuando vieron gente descolgarse del guindo. El caso es que desde sus diecisiete fincas de primavera, verano, otoño e invierno localizadas en Galicia, Andalucía, Cataluña, etcétera, siguieron haciendo músculo comprándose coches para tunearlos y otras tontunas y baratijas de millones de euros para presumir delante de los amiguetes y detrás de los “colgaos”. Miraban al guindo y notaban cierto movimiento anormal. Miraban la caja y aún quedaba mucha “pasta”. Esto les tranquilizaba. Pero los “caídos”, aparte de murmurar, les dirigían torvas miradas; algunos incluso les echaban el mal de ojo y otros les miraban de forma amenazadora su culo mientras daban patadas al envase de yogur caducado que se acababan de tapiñar. La alarma empezó a cundir entre los “salvar el trasero” y, echando mano de toda la pasta, se la dieron a sus amigos los banqueros para que pudieran pagar lo que debían, hacer frente a las deudas de las diecisiete fincas autónomas y otro tanto a los chiringuitos llamados ayuntamientos que debían otros cuantos miles de millones. De esta forma, de momento, han salvado su culo y el de su prole. Entre sus principales atletas se cuenta uno muy astuto que recibe muchos alias: unos cortos como “Faroles” y otros largos como “de la A a la Z, pasas por la P y tiro porque me toca”. Hasta ahora, a la suerte la tiene más que engañada. Es todo un espectáculo verlo hacer fintas con la no verdad sin perder la sonrisa. La silla que tiene en el cuadrilátero, es prestada. Hay otro que llaman el “Rajao”. No se sabe bien si es por que se amilana o por las heridas (rajas) recibidas en los muchos combates que ha perdido. Es, con diferencia, el mejor fajador conocido. Hostia que se pierde, ahí está él para encajarla sin pestañear. Debe haber perdido algún piño, porque al hablar se le escapa el aire produciendo un peculiar silbido. Los dos tienen un grupo de fervientes animadoras. Muy bien conjuntadas ellas con trajes de reconocidos modistos, sí señor. El objetivo de “los salvar el trasero” es que no haya deserciones del guindo para que sigan echando apuestas perdedoras. Los “Caídos del guindo” son harto peligrosos porque su entrenamiento es constante y están acostumbrados a soportar condiciones de espartana austeridad. No porque ellos quieran, sino porque no les queda otra. Su ventaja es la gran afiliación que están teniendo -de unos ocho mil al día- y que se estima irá en alza. Les pierde su falta de organización y con frecuencia se pelean entre ellos porque aún no se reconocen del mismo equipo. Se contienen porque les caen algunas migajillas que les dan “Los Salvar el trasero” para que no enloquezcan de desesperación. Eso sí, el mosqueo de algunos ha dejado de ser sordo y empiezan a animar a otros a que abandonen su parálisis. Los más decididos empiezan a tenerlo muy claro cuando perciben que sus hijos se han quedado sin futuro y tendrán que pagar -ellos, sus hijos y sus nietos- lo que se están gastando los “Salvar el trasero” en sus descontroladas fiestas y constantes viajes. Los retoños caídos, empiezan a desmadrarse a base de tirar piedras y “cubatas molotovs”. La tienen tomada con los escaparates, contenedores de basuras y los uniformes. Sus padres los miran con preocupación y los “Salvar el trasero” con justificado canguelo. No se conoce atleta destacado alguno entre “los caídos”. Esto es malo para el equipo “Salvar …” porque no saben con quién practicar “comer el coco” -el arte pugilístico que mejor dominan para dejar “sonao” al adversario-. Esto lo compensan a base de comprar (nunca con su dinero) televisiones y prensa para narcotizarlos, dejarlos embobados en los sofás y finalmente dormidos como angelitos. Los “caídos del guindo” empiezan a hacer “trueque” entre ellos. No como arma (aún) para atacar a “Los salvar …”, sino porque no les queda dinero. Si esta práctica se generaliza, sería fatal para “Los salvar …” porque sus cajas recaudadoras quedarían famélicas. Al único personaje que se conoce ligado a “los caídos…” es “el mono de los cojones” (véase foto) que por un cigarrillo hace de mensajero entre los que aún siguen en el guindo y los que ya se han bajado. Su primer objetivo (de “los caídos”, no del mono) es hacer que los que aún no se han caído del guindo, se animen a hacerlo y dejen de darle pasta a “Los salvar el trasero”.

¡Daaaaamas y caballeros!


A un lado, “Los salvar el trasero”. Al otro, “Los caídos del guindo” ¡Segundos fuera! Empieza el combate


Nota de prensa Esta clave de humor de nuestra más cruda y seria realidad, está dedicada a todos los amigos que visitan este blog y especialmente a todas las PERSONAS que puedan sentirse solas estas Navidades. Desear un Próspero Año, más que un eufemismo, sería una broma de mal gusto. Mejor recuperar un acertado consejo de nuestros mayores: Sean Buenos y Gasten Poco.




Audiciones


03 diciembre 2008

Venturas de un instrumento

Desde los graves más melancólicos, salta y serpentea entre y por encima de los otros desplegando una contagiosa alegría. Destaca para destacar al otro. Es el perfecto compañero y no ensombrece al de al lado; todo lo contrario: escoge otro color para que los otros colores resalten aún más por contraste.

Y si lo dejas sólo… ¡Ah si lo dejas sólo! Entonces es cuando muestra toda su versatilidad: ágil y ligero sondea los sentimientos más íntimos y positivos. Puede llegar a la tristeza pero no a lo sombrío, puede ser tierno y amoroso, alegre, festivo y chispeante, pero nunca chirría. Eso nunca. Es la antítesis del chirrío. Su esencia es la claridad y de ahí le viene el nombre. Como todo lo bueno, ha sufrido grandes experiencias en su desarrollo creciendo de lo poco a lo mucho. Su transformación ha sido tal, que tuvieron que cambiarle el nombre. Hoy, ya adulto, sigue siendo recto y fiable, y tiene una nutrida familia: pequeños, estirados, grandes y hasta un poco retorcidos los más mayores.

Al principio era casi ventrílocuo y hubo que sacarle la boca al exterior, como debía ser. A esa bonita voz había que darle todas las posibilidades: de esta guisa, un alemán llamado Denner, fue transformando a un jovenzuelo francés llamado "chalumeau", y desarrollando todas sus potencialidades, logró aclarar todo ese lío y convertirlo en un joven maduro, bien vestido, con un traje de impecable botonadura que podía abrochar y desabrochar a placer según quisiera expresarse. Y se expresaba tan bien, de forma tan clara, que a todos cautivaba. Todos entendían lo que decía porque llegaba al corazón, a los sentimientos. A partir de ese instante le empezaron a llamar "Clarinete".

Si a Clarinete le pedías que diera una voz, él la daba perfecta. Y lo más impresionante era que también podía darla muchas octavas hacia arriba o hacia abajo. Igual se encaramaba a la cumbre más elevada que se precipitaba a la sima más profunda. Y con la misma facilidad hacía lo contrario, o podía detenerse en un valle y vagar por él de forma placentera. En verdad que no había paisaje en el que no se sintiera cómodo. Tampoco el clima era un obstáculo: tanto podía refrescar lo tórrido, como abrigar en lo gélido. Ya ven: toda una bendición.


¿Y qué ocurrió con esta bendición?. Pues que soplido tras soplido, va de boca en boca hasta toparse con otra bendición llamada Mozart. Nada más apropiado para que al común de los mortales, les llegue el tufillo de lo sublime y lo divino: cuando Clarinete y Mozart se juntan hacen sonar maravillosas Sinfonías.

Una vez instalado en solistas, orquestas, bandas militares y combos de cualquier tamaño, Clarinete emigró al Nuevo Mundo donde participó en el nacimiento de una nueva bendición de nombre Jazz. Allí fue protagonista de primera fila asociándose a otros pioneros con nombres tales como Sidney Bechet y Benny Goodman entre otros muchos. En ese tiempo tuvo uno de sus momentos álgidos que fue apagándose poco a poco sin llegar a desaparecer del todo, ni mucho menos. Otra bendición llamada Saxo -ésa es otra historia- fue desplazando el protagonismo de Clarinete.

De momento, así están las cosas para Clarinete. O eso es lo que algunos, preocupados por su futuro, piensan.

Clarinete nos cuenta que no ha parado de trabajar a toda pastilla en ningún momento. Desde Nueva Orleáns, Chicago y Nueva York, volvió a saltar el charco. En París volvió a tener días gloriosos. En clásica nunca ha estado mejor: asociaciones, grupos, orquestas y festivales enteramente dedicados a él. En jazz todos quieren ser Coltrane con un saxo -¡Ojalá!- y los aficionados tienen la impresión de que Clarinete ha desaparecido de la actualidad. Tampoco es cierto. A veces pasa casi desapercibido, o no le reconocen, o le confunden con un saxo. Haciendo otro salto, esta vez virtual, se instala en un blog y a través de Peplowsky, Morricone, D’Rivera, Daniels, Byron … nos muestra que su voz es tan clara y sincera como siempre.




La selección

La verdad es que pocas veces he disfrutado tanto haciendo una selección. A veces pongo freno si veo que la cosa se dilata; esta vez no ha sido así. Aún sigo documentándome, realizando audiciones y descubriendo joyas para seleccionar. Es posible que haya más de una entrega. Ya veré.

En esta selección, nada hay de los históricos archiconocidos Bechet o Goodman, nada hay de otros clarinetistas como Artie Shaw, DeFranco, Jimmy Guiffre y otros muchos, pero sí hay maestros del Swing como Pee Wee Russell (acompañado por Bud Clayton a la trompeta, Tommy Flanagan al piano, Osie Johnson a la batería y Wendell Marshall al bajo), o Chris Barber y Tim Laughlin al más puro estilo de Nueva Orleans, o blues en clave de jazz interpretado por Sam Most, Georges Lewis y Jimmy Hamilton, o baladas como la de Stacey Kent acompañada por Jim Tomlinson al clarinete. He procurado que haya de todo. Algo de la colección Jazz in París: Hubert Rostaing y Maurice Meunier homenajeando a Benny Goodman y también Albert Nicholas acompañado por otros músicos entre los que se encontraba Claude Bolling. También hay dos temas bien distintos del maestro Ennio Morricone, una versión increíble del "Tico Tico" por Ted Nash -a la que hay que prestar especial atención por su instrumentación y en el que da un moderno tratamiento al más genuino jazz de los orígenes-. Atiendan a esa tuba haciendo los graves y desarrollando la melodía en un sólo. Situación que se repite con la batería. Y dos obras con grandes orquestas: ¿Qué decir de este "Lonely Woman" de Ornette Coleman versioneada al clarinete por Ken Peplowsky con The Bulgarian National Symphony? ¿O del Concierto de Jazz para Clarinete interpretado por Eddie Daniels con La Orquesta Filarmónica de Londres?. Cierra la sesión Paquito D’Rivera al clarinete, acompañado de New York Voices, con un tema de la obra por la que recibieron un Grammy en 2003.

Don Byron ha sido mi personal descubrimiento. Sabía que era asiduo compañero de Bill Frisell pero desconocía su discografía en solitario. ¡Vaya músico y vaya clarinetista!. Las dos cosas por igual. No hay nada que se le resista: puede versionear a clásicos como Ellington, o a una pieza de Tchaikovsky transformarla en algo que te transporta al mejor cabaret. Tanto le da sumergirse en acertadas progresiones de libre factura que cambiar a voces y coros, óperas y versiones populares de Roy Orbison y Steve Wonder, o clásicos como Schumann. Y a la par van sus propias composiciones, por si había alguna duda.
Si en estas Fiestas os queréis hacer un regalito, esta sería mi recomendación.


Anthony Braxton (clarinete contrabajo) - Foto cortesía de © Esther Cidoncha



Rudi Mahall (clarinete bajo) - Foto cortesía de © Esther Cidoncha

Temas seleccionados

01 - Frasquita Serenade - (Don Byron)
02 - I Would Do Most Anything for You - (Pee Wee Russell)
03 - Tico Tico - (Ted Nash)
04 - Trop T - (H Rostaing-M Meunier)
05 - Wild Cat Blues - (Chris Barber)
06 - Concerto for Jazz Clarinet - (Eddie Daniels)
07 - Clarinet Marmalade - (Albert Nicholas)
08 - Polka Dots & Moonbeams - (Stacey Kent)
09 - Am I Blue - (Sam Most)
10 - Prohibition Dirge - (Ennio Morricone)
11 - Amapola Part 2 - (Ennio Morricone)
12 - Three in one blues - (Georges Lewis)
13 - Wolverine Blues - (Tim Laughlin)
14 - Blues for Clarinets - (Jimmy Hamilton)
15 - Lonely Woman - (Ken Peplowski)
16 - Meu Amigo - (Paquito D'Rivera)


Audiciones de Clarinete (Clic en el banner)