31 mayo 2007

El mayor de los ruidos


Silencio

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube
caen recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

Octavio Paz

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Cristal Silence
Piano: Chick Corea - Saxo: Joe Farrell


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28 mayo 2007

Reciprocar

Mucho tiempo con el blog abandonado sin nada qué publicar. Ocurre a veces. Unas, porque los otros quehaceres no te lo permiten y otras porque tienes un bache en las ideas. No es el caso. La verdad es que tengo un montón de trabajo almacenado en lo que llamo el taller, esperando el momento adecuado para subirlo. Hoy por fin me decido por el titulado RECIPROCAR.

La idea del título la tomé de la letra de un tema de Celia Cruz interpretado con Tito Puente al que se lo dedica en agradecimiento por la acogida que éste le dio cuando llegó a Estados Unidos. Me llamó la atención el término que usa: ¡Reciprocar!. Se adapta como un guante al ritmo y la fuerza de Celia: te correspondo ahora que puedo y quiero, a mi modo, con música llena de “asúcar y sabor”, como diría ella. Celia aprovecha la ocasión para reciprocar sobre otros colegas pero es a Tito a quien se lo dirige de forma especial.


Hacía tiempo que iba seleccionando música pensando en todos los amigos de ultramar, en todos aquellos que desde Venezuela, México, Chile, … me habían brindado su amistad. Ha sido maravilloso porque casi siempre la música fue el desencadenante de una amistad que a pesar de la lejanía, poco a poco se reafirma y acrecenta. Me sobrecojo cuando leo todo lo que cada uno me ha enviado desde su territorio de conocimiento. Es impresionante el dominio del lenguaje a la hora de exteriorizar profundidades y emociones. El arte de la palabra es sin duda uno de los tesoros que he descubierto, si no el principal, en el bagaje cultural que emana de forma dominada y a la vez espontánea de un caudaloso río de sabiduría. Pero sobretodo está la amabilidad, sencillez y abierta naturalidad con que me han ofrecido todo lo que me han dado. Tengo, además, familiares en Colombia y, una de las personas que más quiero en este mundo, se forma en el arte de la música en Cuba. Por todo ello mi hermanamiento es sinceramente sentido.

Este RECIPROCAR está dedicado a Alain Derbez , Gerardo Alejos (Méjico), Gastón Irázabal (Venezuela), Fifi (Colombia), Diego, Papo, Ulrich (Cuba), Pedro Suárez (Uruguay), Pao, Isa, Gustavo (Chile), Roberto Barahona (Monterey), Mabel Bellante, Apa (Argentina) y a todos los que en algún momento desde Perú, Ecuador, Panamá … me brindaron su presencia.



Las selecciones tienen un marco que simboliza el reciprocar de allá y acá: el virtuosismo de Chucho Valdés al piano en ese rapidísimo “Chorrino”, y el ya clásico “Entre dos aguas”: la mejor rumba que crear pudiera la guitarra de Paco de Lucía. La samba “Para Luisiño” es un perfecto reciprocar entre lo más granado de los músicos españoles y el argentino Luís Salinas. Michel Camilo y Tomatito reciprocaron tan bien en “Spain”, que volvieron a reciprocar en “Spain Again” del que he seleccionado “A los nietos”. Los cordobeses Jazzpacho reciprocan la vuelta de su compañero Giova. Y los ya legendarios Pata Negra que fueron pioneros en reciprocar la fusión del flamenco con los ritmos calientes, el blues y el jazz, nos dejan su parda sabiduría en este “Pasa la vida”.


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La práctica cultural de la música se ha enriquecido siempre con el mestizaje” (Manuel Talens)

26 mayo 2007

Bach en Stalingrado

Esta audición ha tenido su origen en la situación que recientemente se ha creado entre algunos países hermanos. Han saltado las primeras brisas belicosas creadas por manipuladores inconscientes, lerdos e interesados que han alarmado a las auténticas personas de bien, provocando las primeras reacciones al verse, éstas, sacadas de su cotidiana paz. Quiero mandarles un mensaje de fortaleza para que no se dejen engañar por gentes que no han aprendido nada de la historia del hombre y que juegan con el sosiego y la vida ajenos. Espero y deseo que todo quede en una experiencia enriquecedora de hermanamiento y encuentren la música común que los une, como ocurrió en la más atroz de las batallas.

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Durante la Nochevieja, la disciplina en el revitalizado 62 Ejército se relajó y, a lo largo de la orilla, los oficiales soviéticos de elevada graduación organizaron una serie de reuniones en honor de los actores, músicos y bailarinas que visitaban Stalingrado para entretener a las tropas. Uno de estos artistas, el violinista Boris Goldstein, se alejó y se dirigió a las trincheras para llevar a cabo otro de sus conciertos de solista para los soldados.

En toda la guerra, Goldstein nunca había visto un campo de batalla parecido a Stalingrado: una ciudad tan terriblemente destruida por las bombas y la artillería, con montones de esqueletos de centenares de caballos descarnados por el hambriento enemigo. Y como siempre, también aquí se encontraban los siniestros policías de la NKVD rusa, que permanecían entre la línea del frente y el Volga, comprobando la documentación de los soldados y disparando contra los sospechosos de deserción.

El horrible campo de batalla conmovió a Goldstein y tocó como nunca lo había hecho antes, horas y horas, para: unos hombres que, obviamente, amaban su música. Y, aunque todas las obras alemanas habían sido prohibidas por el Gobierno soviético, Goldstein dudaba de que ningún comisario protestase durante aquella noche. Las melodías interpretadas por él fueron dirigidas mediante altavoces hacia las trincheras alemanas y, de repente, cesó el tiroteo. En el espectral silencio, la música surgía del inclinado arco de violín de Goldstein.

Cuando acabó, un gran silencio cayó sobre los soldados rusos. Desde otro altavoz, situado en territorio alemán, una voz rompió el hechizo.

En un vacilante ruso rogó:

Toquen algo más de Bach. No dispararemos.

Goldstein volvió a tomar su violín y empezó a tocar una viva Gavotte de Bach.

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(del libro Stalingrado de William Craig)






Cost of the War in Iraq
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