30 abril 2008

¿Has oído eso?

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- ¿Hay alguien más en la casa?
- No, ¿por qué?
- Es que me ha parecido oír algo. ¿Tú no has oído nada?
- ¡Nada, nada!; sigamos a lo nuestro. Con lo bien que nos estaba saliendo...
....... ñic, ñic, ñic, ñic............ ñic, ñic, ñic.... (sonido de muelles de somier) ............
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- ¡Otra vez, otra vez! No me digas que no lo has oído.
- ¡Ah!, es eso... No te preocupes. Es Germán.
- ¿Germán? ¿Qué Germán? Si has dicho que no había nadie.
- Bueno, es Germán el fantasma. No te preocupes y sigamos
- ¿El fantasma? No te burles de mí. Dime quién más hay.
Gritando:
- ¡Germaaaaaán! No seas envidioso y vuelve a estar calladito.
- ¿Estás loco? ¡Dime quién es ese Germán al que gritas de ese modo! Me estás asustando.
- Me ca... Bueno, aprovechemos para fumarnos un purito. Mientras, preparo un té y te cuento; Es que se me había olvidado que es la primera vez que vienes a esta casa. Escucha: Germán es el fantasma de la casa. Al principio cuesta aceptarlo, pero si das una vuelta por ahí, verás que todas las puertas y ventanas están bien cerradas y ajustadas, y no hay corrientes que produzcan ruidos, silbidos, golpes ni nada parecido. Es Germán, el fantasma de la casa. A todos nos ha pasado lo mismo al principio. Si lo aceptas, me refiero a Germán, dejará de molestar. Es que, sabes, es muy suyo y cumplido; le gusta presentarse a los desconocidos y participar. Ocurre cuando... ya sabes. Él también se emociona a su manera.
- Qué divertido e ingenioso eres
- No, no. Es cierto. Compruébalo tu misma y de paso tráete el té. Yo iré a buscar miel a la despensa.
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- Oyes, pues es verdad. No hay nadie en toda la casa. ¿Es cierto lo de Germán? ¿Tú crees en los fantasmas?
- ¡Fastanmas!
- ¿Qué?
- Fantasmas y fastanmas. También hay fantasmones y fantoches. Aunque, como dicen los gallegos de las “meigas”, existir no existen pero haberlas haylas.
- No te olvides de Fantomas.
- Je, je ¡Eso está mejor!... ¿Has oído?
- ¡Hosti tú! ¡Es Germán!
Carcajadas al unísono



- Ufff, ¡Qué divertido! ¿Has conocido más fantasmas, digo, fastanmas?
- Oh sí, muchos. Seguro que tú también. Haz memoria.
- Hmmm... Pues ahora que lo pienso, los únicos que he conocido han sido esos que, por darse importancia, lo exageran todo.
- A sí. Esos también son muy graciosos.
- Patéticos, diría yo.
- No seas mala. No suelen hacer daño a nadie, salvo a sí mismos.
- Por eso lo digo. Suelen ser muy molestos. ¿Qué haces tú cuando te encuentras un fastanma así?
- Les cuento el chiste de 3 en 1.
- Tú todo lo arreglas con chistes.
- Pero si es verdad, tonta. Resultan de lo más pedagógico.
- ¿Tu crees?
- Un ejemplo. Imagínate el típico tío, digo fastanma, que te cuenta la batallita de 6 sin sacarla.
- Eso son cosas que ocurren entre tíos, porque un fastanmón de esos ni se le ocurre decirlo delante de una tía. Sabe que lo tiene crudo poderlo demostrar.
- Claro, es fastanmón, pero no tonto. Por eso mismo le cuento un chiste. Suelen ser lo suficientemente listos para pillar que lo has pillado. ¿Lo pillas?
- No, si no me cuentas el chiste.
- Es cierto. Nos estamos poniendo muy serios y Germán debe estar aburridísimo. Hace tiempo que no lo oímos.
- ¿Pero me quieres contar el chiste?
- ¿Qué chiste?
- Serás...
...................
- Oyes
- Quéeeeee
- Aprovechando que Germán se ha quedado “traspuesto”, ¿por qué no echamos 3 en 1?
- No seas fastanma.
- Bueno, bueno. Intentemos 1 en 3 veces.
Carcajadas al unísono.
..............
- ¿Has oído eso?
- Sí, y ahora sonará la puerta de la cocina. Mi vecina me trae la leche.
- Pero, ¿es que tú no cierras la puerta?
- Nunca. Ya está Germán para recibir a los desconocidos.
- A veces no sé si hablas en serio o en broma.
- En serio, en serio; siempre en serio
- ¡Ya!
………..
- También están los virtuales
- ¿De qué hablas ahora?
- Sigo hablando de fantasmas…
- ¿Te refieres a fantasmas virtuales?
- Estos suelen encontrarse en la Red, en Internet, ¿me sigues?
- Si, si. Ya veo por donde vas… Y creo haberme encontrado con más de uno.
- Cuenta, cuenta. A ver si son los mismos a los que me refiero yo.
- Bueno, pues… suelo encontrarlos en algunos blogs.
- ¡Biiien! Igual que yo. Continúa.
- Por lo general, saben mucho de lo que hablan, incluso son brillantes; aunque un poco monótonos, de piñón fijo y malhumorados.
- ¡Malhumorados!
- Sí. En cuanto le dejas un comentario que no se ajusta a su exposición, a su opinión, te contestan de forma despectiva, o te insultan sin más. Claro que te hacen ver que no eres nada frente a su erudición.
- Je, Je. Tal cuál. ¿Y tú que haces?
- Les “pincho” un poco más.
- ¡Qué mala eres!
- No hombre, no. Les doy, me doy, otra oportunidad.
-¿Y…?
- No hay caso. Te sueltan hasta el currículo. Les puede su petulancia.
- ¿Y entonces…?
- Bueno, no mucho. Por lo general paso de la gente pedante. Me despido de forma irónica y no vuelvo por allí. No merece la pena tanto pedo.
- ¿Pedo?
- Sí, pedos, ventosidades. Ya sabes… la petulancia son las flatulencias de la pedantería.
- Jo, Jo, Jo. Me recuerdas a un amigo que, en fiestas “finolis”, siempre se presenta como fontanero, albañil, o algo por el estilo. ¡Y termina ligando, el muy cab…!
- Entonces tu amigo es otro tipo de fantasma: El antifantasma.
- O cazafantasma. Según se mire.
- ¿Y tú…?
- Sí. A esos me refería. Cuando me encuentro con uno virtual les trato de “Sus Señorías”. Les encanta (por los coj…) Son del tipo Brandon.
- ¿Brandon?
- Sí mujer, sí. Uno de los personajes de “La soga” de Hitchcock. Ésa que se rodó con una sola cámara. ¿No la has visto?
- ¡Eh…! No te me pongas en plan Su Señoría.
- ¿Ves que eres mala, mala, requetemala?
- Vaaale. ¿No tienes hambre?
- Te comería crudita.
- Pues yo me comería un bocata de tres pisos mientras me veo esa Soga.
- Muy buena idea. Ahora mismo le digo a Germán que nos prepare la cena.
- Mueve el culo y prepárala tú que cocinas mejor.
- ¡Señor!, ¡Sí Señor!
- ¡Estás loco!
…………
¿Has oído eso?


AUDICIÓN

Luis Eduardo Aute - Los fantasmas (clic en el banner)

03 abril 2008

Dedicado a Ingrid



Válgame los cielos
qué duquelas tengo
siempre pensando en volverla a ver
solo me mantengo

Las penas de mi mare
también son las mías.
Las que yo tengo,
pensando en ella
se me olvidan.


(Camarón de la Isla - Las penas de mi madre (seguirillas))





Audición: clic en la foto de los hijos de Ingrid Betancourt, Melanie y Lorenzo.

duquelas: penas, fatigas